martes, 15 de octubre de 2019

El Cristo en mí es mi luz y mi guía.

Al caminar por un pasillo estrecho, mis ojos permanecen enfocados en la puerta al final. Puede que no note las puertas a mi derecha o izquierda también están abiertas para mí. Al transitar el camino de mi vida, ¿estoy tan concentrado en mi objetivo que ignoro otras opciones? ¿Estoy llevando a cabo mi verdadero propósito, o estoy tan entrenado en el resultado final que no doy pasos importantes en mi viaje?

Siempre puedo estar seguro que voy en la dirección correcta si sigo las señales y los codazos suaves de mi guía interna. Al dar a mi identidad divina rienda suelta en mi vida, puedo dar pasos con confianza hacia el futuro. Permito que la energía crística en mí lleve a cabo los patrones de luz y guía perfectas y me guíe hacia mi bien.


Texto devocional:
La lámpara del cuerpo es el ojo. Cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz.—Lucas 11:34


No hay comentarios:

Publicar un comentario