lunes, 30 de septiembre de 2019

Experimento calma y serenidad al descansar en una conciencia de Dios.

Cuando pienso en la serenidad, ¿cuáles son las imágenes que me vienen a la mente? Quizás un lago plácido, las olas suaves del océano, un ocaso impactante o una silla reclinable cómoda.

Mantengo esas imágenes en mi mente ahora y respiro profundamente. Por medio de mi imaginación, soy transportado a un lugar de paz, un lugar donde experimento la quietud de mi alma. Siento la presencia de Dios de una manera profunda y relajante. La paz llena mi mente y cuerpo. Siento calma y serenidad.

Descanso en este momento un poco más, recordando conscientemente este sentimiento para poder regresar a él en cualquier momento. La paz y serenidad de Dios siempre están disponibles para mí.


Texto devocional:
Por eso me acuesto y duermo en paz, porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado.—Salmo 4:8


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