miércoles, 18 de septiembre de 2019

Mi corazón es un santuario de paz.

Con su ejemplo, Jesús enseñó a sus discípulos a dirigirse a su interior para enfocar la atención en la paz. En sus peores horas, él se retiró al huerto de Getsemaní para estar a solas, centrado física y mentalmente, apartado de todas las distracciones.

Si pierdo contacto con la paz interna, me dirijo a mi interior, al huerto de mi corazón, a mi santuario interno donde la paz reside. Al enfocarme en mi respiración, afirmo a medida que respiro profundamente: Respiro en paz, y al soltar el aire: Libero amor. Permito que estas frases se integren con mi ser. Descanso en este santuario de paz y amor. Al terminar este tiempo sagrado, camino en la gracia. Regreso a mis tareas edificado. Mi ánimo se eleva y disfruto mi día.


Texto devocional:
Luego de despedir a la gente, subió al monte a orar aparte. Cuando llegó la noche, Jesús estaba allí solo.—Mateo 14:23


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