jueves, 5 de septiembre de 2019

Vivo, me muevo y tengo mi ser en acuerdo perfecto con el orden divino.

Si mi vida parece estar en caos o si existe falta de armonía en mi hogar o en mis relaciones personales, es hora de afirmar orden divino. Con simplemente respirar profundamente y susurrar audiblemente las palabras: orden divino logro descansar. Todo mi cuerpo se siente más cómodo con esta práctica sencilla.

Percibo la voz del Espíritu morador. Su misterio es eterno. La perfección de Dios es manifestada en mí. Gracias a esta comprensión, sé que soy amado y una nueva perspectiva de posibilidades se abre ante mí. Una vez que confío verdaderamente en el orden en todas las cosas, las situaciones en mi hogar y en mis relaciones personales se solucionan, ya que mi mente y corazón están claros y centrados. Mi equilibrio natural es restaurado aquí y ahora.

Texto devocional:
El Señor infunde poder a su pueblo y lo bendice con la paz.—Salmo 29:11


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