miércoles, 4 de septiembre de 2019

Descubro el poder liberador de la Verdad.

Existe un gran poder en mí. Puede que no esté consciente de ello mas parte de mí sabe que hay más de lo que aparece en la superficie. Al meditar, descubro un manantial de energía —cada célula de mi cuerpo se alinea con el fluir de la vida.

Yo soy revitalizado y restaurado gracias al reconocimiento de mi perfección innata. Yo soy un reflejo de Dios.

Jesús descubrió este poder en sí mismo y, por medio de su ministerio terrenal, enseñó que el mismo poder mora en cada uno de nosotros. Ésta es una Verdad fundamental. Siento humildad al reconocer este resplandor interno como la luz inmanente de Dios. Descubro para mí el poder liberador de la Verdad.

Texto devocional:
Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos: llegado el momento da su fruto, y sus hojas no se marchitan.—Salmo 1:3


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