lunes, 23 de septiembre de 2019

Los momentos devotos aumentan mi conciencia espiritual y me proporcionan paz.

A lo largo de mi día, me detengo por unos momentos para estar consciente de mis alrededores. Tomo aire y cierro los ojos. Noto lo que mis sentidos perciben. Respiro profundamente y observo mis pensamientos y emociones. ¿Estoy en calma o ansioso? ¿Estoy apurado o tengo mi propósito de hoy claro?

A medida que mi comprensión del Espíritu se expande, las distracciones se disipan suavemente. Mis pensamientos se calman y cualquier aprehensión o preocupación es eliminada. Entro a una conciencia más profunda según permito que la oración y la meditación evoquen un reconocimiento y aprecio sagrados por mi vida. Estos momentos devotos de comunión divina me proporcionan paz.

Texto devocional:
El Señor le dijo: “Levanta ahora tus ojos, y desde el lugar donde estás mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el oriente y el occidente”.—Génesis 13:14


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