Mi pasión por la vida burbujea para elevar y vivificar a las personas a mi alrededor. Cuando estoy lleno de entusiasmo espiritual, éste resplandece como valor, determinación y propósito. Espero cada día con anticipación, sabiendo que Dios dirige mi curso. No existen montañas de retos que no pueda escalar, ni terrenos difíciles que no pueda transitar. Si surgen desafíos, decido verlos como oportunidades para demostrar el poder de Dios en mi vida y en mí. Tengo presente compartir mi espíritu y entusiasmo de maneras que incluyan y animen a los demás. Sin embargo, tengo presente no imponer mi energía. Soy motivado y vigorizado para dar pasos positivos para ser la mejor expresión de Dios que puedo ser.
Texto devocional: TRABAJEN CON ESMERO Y SIRVAN AL SEÑOR CON ENTUSIASMO. ROM. 12:11
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