El apóstol Pablo escribió acerca del dolor y el sufrimiento que padeció en sus viajes misioneros. Él no lo hizo para quejarse, sino para enfatizar que la gloria suprema de la mente Crística es infinitamente mayor que las limitaciones mortales. En Romanos 8:18 leemos: “Pues no tengo dudas de que las aflicciones del tiempo presente en nada se comparan con la gloria venidera que habrá de revelarse en nosotros”. Esa misma certeza espiritual me acompaña cada día. Si mis intenciones no son reveladas inmediatamente, puede que mi mente se empeñe en enfatizar los obstáculos y agrandar los temores. Sin embargo, avanzo con gracia y fe, sabiendo que nada puede afectar el poder espiritual que es mi identidad verdadera.
Texto devocional: ROM.8:18
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