Las responsabilidades con la familia, el trabajo y la comunidad son parte de nuestras vidas. Pero la vida es más que responsabilidades. También he de cuidar de mí mismo —descansar y tomar tiempo para conectarme con el Espíritu. Hacerlo recarga mi ser y desarrolla mi conciencia espiritual. Encuentro fortaleza por medio de la paz, y la irradio según cumplo con mis responsabilidades. Tomo tiempo para descansar y estar en paz, permitiendo que la Presencia divina aquiete mis pensamientos. Aparto un momento para reflexionar y orar cada día. Cuando hago esto, mi vida se torna más placentera. El cerrar los ojos y silenciar el parloteo externo me permiten descubrir de nuevo la fortaleza, el valor y la sabiduría que moran en mí.
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