Si pienso que esta temporada de gratitud y dar sólo se trata de las cosas materiales, puedo sentir que no tengo suficiente. ¡Y nada está más lejos de la verdad! Al cambiar mis pensamientos de los regalos a la Presencia, encuentro que lo que tengo para dar va más allá de los que puedo comprar en las tiendas, conmoviendo a quienes lo reciben. Puedo escribir notas de aprecio a familiares y amigos, compartir mi tiempo con causas que me llegan al corazón, acompañar a quienes se sienten solos, y escuchar a alguien que necesita que lo escuchen. Al utilizar mi imaginación dotada de inspiración divina, encuentro que existen muchas maneras de brindar apoyo, gratitud y amor. Quienes reciben, son inspirados a dar, lo que crea una cadena de deseo de dar.
Texto devocional: El Señor tu Dios te hará prosperar en todo lo que hagas con tus manos.—Deuteronomio 30:9
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