El amor es un poder sorprendente que consuela, eleva y transforma. El amor tiene el poder para sanar al mundo. Cuando me dirijo a mi interior para avivar el poder del amor divino, llego a una fuente que guía mis pensamientos, palabras y acciones. Al permanecer alineado a este poder, amo incondicionalmente. Veo al mundo y a las personas en él con ojos del amor. No es que tenga que tolerar errores o fallas, sino que he de mirar más allá de estas cosas para ver lo divino en los demás. Reconozco que cada persona es un ser divino y que yo soy un emisario de amor y paz en el mundo. Creo un medio ambiente de armonía, respeto y honor cuando actúo partiendo del amor en mi corazón.
Texto devocional: Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor. Pero el más importante de todos es el amor.—1 Corintios 13:13
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