En cualquier momento puedo hacer algo nuevo: viajar por una ruta no explorada, probar nuevas creaciones culinarias y más. Cada exploración abre mi mente a perspectivas frescas y a una variedad de ideas. Mi corazón se abre para recibir nuevas maneras de conectarme y seguir nuevos senderos. Mi curiosidad natural y el deseo de explorar son el Espíritu alentándome a vivir osadamente. Avanzo con confianza, deseoso de explorar los territorios nuevos y las oportunidades emocionantes ante mí. Tengo presente que un viaje de descubrimiento también puede llevarme a mi interior. Allí encuentro un manantial de salud, energía y felicidad. Doy grandes pasos en comprensión espiritual cuando abro mi alma y permito que la luz de Dios resplandezca.
Texto devocional: Pidan, y se les dará, busquen, y encontrarán, llamen, y se les abrirá.—Mateo 7:7
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