En la Biblia, leemos que Jacob soñó con ángeles —mensajeros de pensamientos divinos— que ascendían y descendían en una escalera que unía al cielo (plano divino) con la Tierra (conciencia humana). En el sueño, Dios le prometió a Jacob que las familias de la Tierra serían bendecidas por él y por sus descendientes. Al despertar, él exclamó: “Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía”. Cuando experimento un despertar espiritual, descubro que la Presencia divina —el Cristo morador— está en mí, aun cuando yo no lo reconozco. Abro mi mente y corazón a la Presencia crística, y mi vida es enriquecida en todo sentido. El amor divino bendice todo lo que pienso, digo y hago.
Texto devocional: Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: “Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía”.—Génesis 28:16
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