El consuelo es un estado emocional mediante el cual recibimos fortaleza para enfrentar un reto, un conflicto o una pérdida. La palabra se deriva del verbo consolar, proveniente del latín, del prefijo con (reunión, unión, cooperación) y el verbo solari (aliviar, calmar, apaciguar). El mayor sentimiento de consuelo surge cuando comparto paz con los demás. Estoy aquí para ser, saber, enseñar y dar, y logro todo ello cuando comparto consuelo con las personas a mi alrededor. Ante un reto o una dificultad, recuerdo que la presencia y el amor de Dios están en toda situación. Sólo tengo que reclamarlos para que la Verdad se manifieste. Afirmo con fe: La presencia de Dios en mí provee comprensión y consuelo.
Texto devocional: ISAIAS 26.3
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