Las mascotas son compañeras asombrosas. Son amigas leales y personifican el espíritu de amor; son tiernas y protectoras. Las mascotas apoyan a sus compañeros humanos, sin juicio y llenas de amor incondicional. Tomo este momento para reconocer a las mascotas en mi vida, tanto presentes como pasadas. También traigo a la mente a los animales en las casas de mis familiares y amigos. Bendigo con mis pensamientos a todas las mascotas. Con gratitud honro las maneras como sirven a sus compañeros humanos, con cariño, consuelo y diversión. Su presencia misma es una fuente de curación. El ronroneo, el movimiento de la cola y el canto son evidencias de vida y amor divinos en expresión. Y así, Dios el Señor formó de la tierra todos los animales del campo, y todas las aves de los cielos.—Génesis 2:19
Texto devocional: Y así, Dios el Señor formó de la tierra todos los animales del campo, y todas las aves de los cielos.—Génesis 2:19
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