Las personas heridas pueden causar dolor a los demás. Quienes tienen dolores sin sanar pueden estar predispuestos a responder mal, deseando inconscientemente que los demás compartan el dolor que ellos sienten. Hoy rompo el ciclo del dolor, eligiendo el camino del perdón. Con la atención centrada en lo Divino, busco sanar los lugares lastimados en mí. Si el dolor surge, respiro, permitiendo que, como una ola, sane cada vez que llega a la playa del amor. Experimento un segundo oleaje de perdón según ilumino y ofrezco paz a las áreas en mí que buscan sanar. Esta paz se extiende fuera de mí, abarcando a todos los interesados en la luz y el amor de Dios.
Texto devocional: Sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo.—Efesios 4:32
No hay comentarios:
Publicar un comentario