Para muchos, ésta es una temporada en la que buscamos dar regalos perfectos. El deseo sincero de dar también trae retos como tener el tiempo y el dinero para ir de compras. Aprovecho esta oportunidad para examinar mis verdaderas razones para dar. ¿Doy de corazón en celebración y amor porque verdaderamente quiero dar? Si es así, oro por discernimiento a medida que evalúo si es mejor comprar un regalo, dar algo que recién he cocinado o pasar tiempo con alguien que atesorará mi presencia más que cualquier tipo de regalo tangente. Por ser una persona a quien le gusta dar, actúo según la generosidad que siento en mi corazón, y sin buscar recompensa. Doy por el gozo mismo de dar.
Texto devocional: Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces.—Santiago 1:17
No hay comentarios:
Publicar un comentario