jueves, 1 de agosto de 2019

De las mascotas aprendemos amor, comprensión, aceptación ¡y paciencia!

También aprendemos acerca de nosotros mismos y de nuestra habilidad para atender a otro ser viviente. Es nuestra responsabilidad y oportunidad cuidar de ellos y ofrecerles un hogar seguro.

Estas criaturas queridas expresan amor incondicional y nos permiten dar amor a cambio. Pueden proveernos seguridad y protección; ciertamente nos dan consuelo. Quizás nos proporcionan gozo mientras nos entretienen con sus personalidades.

Mi mascota y yo mantenemos una conexión de corazón. Estamos uno en la vida del otro por una razón. Nuestro vínculo es uno de amor y bondad. Soy bendecido de maneras infinitas por mi mascota.

Texto devocional:
Adán puso nombre a todos los animales y a las aves de los cielos, y a todo el ganado del campo.—Génesis 2:20


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